E-evaluación orientada al e-aprendizaje

Susana Olmos Miguelañez

IUCE – Universidad de Salamanca
 

La identificación de los objetivos de la evaluación del aprendizaje, adquirido con el apoyo de LMS (sistemas de gestión de aprendizaje), constituye el primer problema a resolver al acercarnos a este tema (en inglés, e-assessment).

El sistema de evaluación condiciona y determina la forma en que cualquier estudiante aprende, sobra señalar, por lo tanto, que el proceso de evaluación constituye una fase crítica en el proceso de enseñanza-aprendizaje, tanto en un entorno presencial, como virtual. Independientemente del contexto, la evaluación, el proceso en sí de evaluación, debería tener en cuenta cuatro aspectos fundamentales: qué pretendemos que aprendan los alumnos (competencias, para los sistemas de formación formal); cuáles son las modalidades o metodologías más adecuadas para que el alumno adquiera dichas competencias; con qué criterios-referentes vamos a contrastar los resultados de aprendizaje; y con qué procedimientos e instrumentos vamos a evaluar la consecución o no por parte del alumno de las competencias. En esta línea, será ineludible partir de un diseño de evaluación sistemático, adecuado y coherente con los objetivos de aprendizaje, y promulgar, en la medida de lo posible, una evaluación orientada a tal fin, al aprendizaje. En este sentido, la evaluación se centra en el estudiante, de ahí que la razón principal de la misma no sea otra que “evaluar para aprender” (evaluación formativa).

En principio, el planteamiento de la e-evaluación orientada al e-aprendizaje ha de promover un cambio en la cultura evaluativa, al incentivar la delegación de responsabilidades en materia de evaluación entre todos los implicados (agentes) del proceso, de esta manera deja de ser responsabilidad exclusiva del docente y podrá ser asumida tanto por él, como por el propio estudiante ahora juez y parte (autoevaluación) y una evaluación compartida, bien entre iguales o bien entre profesores y estudiantes (coevaluación). En esencia, el proceso de enseñanza-aprendizaje no tiene otra finalidad que la de enseñar al alumno a “aprender a aprender” y con ello debemos ir introduciendo la cultura de la “evaluación” compartida.

¿Qué papel juegan las tecnologías en la evaluación? 

En la actualidad, se observa un interés creciente por el empleo de las tecnologías en el proceso de evaluación de aprendizajes en contextos universitarios de formación (presenciales, b-learning o e-learning), lo que se asocia con una terminología concreta, donde ganan adeptos conceptos como Computer-Assisted Assessment, e-Assessment, Computer-Based Assessment, evaluación online, etc. Todos estos términos comparten una característica común, al poner en consonancia los principios o criterios pedagógicos que deben sustentar toda evaluación, y las contribuciones de las tecnologías e internet a su desarrollo y puesta en marcha.

La evaluación online es una opción real; prueba de ello es que las plataformas de gestión de aprendizaje (LMS) recogen entre sus funcionalidades básicas un conjunto de herramientas vinculadas exclusivamente a la evaluación y/o autoseguimiento, entre otras relacionadas con los contenidos y la comunicación.

No obstante, cuando se habla de evaluación y tecnologías, nuestra visión, lejos de poner fin a los sistemas de evaluación tradicionales en los contextos presenciales de formación, está orientada a integrar las potencialidades de la tecnología en el proceso de enseñanza en general, y de evaluación, en particular. Si bien es cierto que sería conveniente que en un contexto de e-learning los planteamientos de evaluación sí fuesen en esta línea.

Iniciativas relevantes en torno a la e-evaluación

Un ejemplo de investigación centrada en los procesos de evaluación en entornos de formación virtual se está llevando a cabo desde el Grupo de Investigación EVALfor (Evaluación en contextos formativos) de la Universidad de Cádiz. Este grupo interdisciplinar e interuniversitario viene desarrollando una serie de trabajos y proyectos vinculados con la e-evaluación orientada al e-aprendizaje, como recogen en el proyecto Re-Evalúa. En la progresión de trabajos que desarrollan otorgan especial hincapié a las herramientas tecnológicas que favorecen la e-evaluación, como por ejemplo: Rubistar; módulo de evaluación que integra Moodle; EvalCOMIX; DIPEVAL como herramienta específica para el diseño de procedimientos de evaluación online, y que concretamente hace referencia a un servicio web para la e-Evaluación integrable en Sistemas de Gestión de Aprendizaje; etc.

Si salimos del contexto español, existen numerosos ejemplos de herramientas informáticas para el apoyo a los procesos de evaluación en todo el mundo. Esta lista podría ampliarse sencillamente si introducimos el término “Test Authoring” en un buscador, donde se puede comprobar la cantidad de software disponible para la puesta en práctica de la e-evaluación. Algunos ejemplos son: Respondus, The Castle Project, Eduware, Question Mark, Test Creator, Central Question, StarQuiz, Question Writer, ExamView, IMS Assesst Designer, Brownstone,  EMTeachline Mathematics Test authoring Software -, Exampro, Advanced eLearning Builder-, MicroGrade and MicroTest, Question Tools, Random Test Generator-PRO, CQuest Software, Test Constructor, Test Generator, Visual CertExam Suite, Igneon Software, ComputerTest, Quiz Master, Test Commander, SmartLite Software, Exam Software, OnlineTesting, Quiz Manager Software.

Desde la Universidad de Salamanca y en el marco del Grupo de Investigación de Evaluación y Orientación educativa (GE2O) del Instituto Universitario de Ciencias de la Educación (IUCE), se están desarrollando desde hace varios años diversos proyectos de innovación docente interdisciplinar universitaria, con el objetivo de contrastar la eficacia del uso de herramientas alternativas de e-evaluación en la evaluación de aprendizajes en el contexto universitario actual.

Problemas y dificultades

¿Qué ventajas e inconvenientes subyacen en el uso de las tecnologías para evaluar a los alumnos en educación superior? Es cierto que consideramos que las tecnologías contribuyen positivamente a la mejora de la educación en las distintas fases del proceso educativo, incluida la evaluación, siempre y cuando no se trate de un uso arbitrario e improcedente de las mismas; por lo tanto, no podemos olvidar la importancia de las tecnologías y sus potencialidades, en materia educativa en general, y en materia de evaluación, en particular.

Un inconveniente de la e-evaluación está relacionado con la seguridad y autenticidad de los usuarios; con ello nos referimos no sólo a la identidad de los estudiantes que deben abordar y hacer frente a un determinado ejercicio o actividad de evaluación, sino también al plagio en los exámenes, a la posibilidad de cortar-pegar la información requerida sin una elaboración y reflexión previa de cada estudiante.

Si bien es cierto que la e-evaluación potencia el desarrollo de habilidades en el manejo de las tecnologías de la información y comunicación, también es evidente que son imprescindibles unas destrezas mínimas y una experiencia previa para poder abordar satisfactoriamente una actividad de evaluación determinada.

Señalar, por último, la falta de costumbre de los alumnos a la hora de evaluar a sus compañeros o a sí mismos, así como el riesgo de una evaluación superficial y de la escasez de reflexión sobre los criterios con los que se compara la información a evaluar.

No obstante, a pesar de estas limitaciones, las tecnologías potencian un acceso rápido a distintas técnicas e instrumentos de evaluación y permiten un registro de toda la información. Muchos avalan, por diversas razones, la evaluación a través de las tecnologías, ya que permite evaluar a un número mayor de estudiantes en menor tiempo, o facilitar la emisión de resultados inmediatos; pero, sobre todo, la avalan porque resaltan la función formativa a la que contribuye la elaboración de un correcto feedback. Bien es cierto que, desde un punto de vista pedagógico, la principal ventaja es la última señalada; es decir, la disposición de feedback rápido e instantáneo que pueden recibir los estudiantes, lo que incide directamente en la mejora de la calidad del aprendizaje, puesto que les permite corregir sus errores de forma inmediata aportándoles ideas, sugerencias e información relevante para poder proseguir en su proceso de aprendizaje o poder proalimentar el mismo (a través del feedforward); indirectamente dicho feedback incrementa la satisfacción de los alumnos quienes se convierten en gestores de su propio aprendizaje.

La filosofía ha de partir de un enfoque colaborativo de trabajo que fomente compartir técnicas e instrumentos de e-evaluación adaptables a contextos afines y de cese de responsabilidades en el quehacer evaluativo. Entre tanto, es necesario mantener las iniciativas actuales y promover otras que favorezcan el progreso en materia de e-evaluación, más si cabe en los contextos de e-learning.

Citar como

Olmos, S. (2011): “E-evaluación orientada al e-aprendizaje”. SCOPEO, El Observatorio de la Formación en Red. Boletín SCOPEO nº 49, 15 de Septiembre de 2011. En línea: [Consulta: dd/mm/aaaa]

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