Vivat Academia, Vivant professores

Íñigo Babot

Blog

Después de todo lo que hemos expuesto sobre la enseñanza virtual, ¿cuál es el factor absolutamente imprescindible para el buen desarrollo de un programa eLearning?

¿Ha escuchado el lector, al menos una vez en su vida, el himno Gaudeamus Scholasticum? ¿Lo ha oído cantar, en algún acto de graduación universitaria, rodeado de alumnos y profesores con toga? Si es así, convendrá conmigo en que pone la piel de gallina y en que resulta una experiencia altamente emotiva. Las notas y la letra le hacen a uno recordar todo el esfuerzo y la dedicación de varios años, el sufrimiento que ha debido superar hasta alcanzar el gran premio final: un flamante título académico, ganado a pulso. Y le invitan a prepararse para lo que le espera: la dura lucha de la vida diaria, fuera ya de las aulas.

En el Gaudeamus (cuya letra en Latín no tiene desperdicio, como puede comprobar el lector en enlace  y como magníficamente comenta James Fallows, prestigioso periodista norteamericano, en su artículo incluido en The Atlantic), hay un párrafo que empieza diciendo: Vivat Academia, Vivant Professores!

Ya lo refleja un himno tan antiguo como inmortal: la academia está indisolublemente ligada a los profesores. Sin unos, la otra no existe y no puede funcionar. Y, por supuesto, los alumnos no pueden aprender.

Evidentemente, esto es igualmente cierto para el eLearning: lo más importante para los estudiantes virtuales son unos buenos profesores, no una academia ultra – moderna.

Las plataformas virtuales permiten a los maestros tener ubicuidad, no depender de horarios, tener conectividad plena, individualizar la enseñanza, interaccionar con los alumnos, y a éstos entre sí. La tecnología ofrece unas posibilidades extraordinarias para la formación. Pero sin unos buenos académicos (Unos, que produzcan contenidos relevantes. Otros, que se responsabilicen de un buen diseño instruccional y que apliquen bien el concepto Learning by Doing. Y otros, muy importantes, que sean tutores virtuales eficaces, acompañen al estudiante en el proceso y traten a cada cual inteligentemente, como un alumno individual, diferente e irrepetible), no habría nada. Nada de nada.

Como muy bien dice Sebastián Barajas, de Learning Works: Si pudiéramos trasladar en el tiempo a un cirujano de principios del siglo pasado a un quirófano de hoy, posiblemente entraría en shock por la diferencia de escenarios y su incapacidad para entender la situación. Sin embargo, si hacemos el mismo experimento con un maestro de escuela, es casi seguro que, en 5 minutos, podría tomar el mando y seguiría la clase con total normalidad. Nuestro sistema educativo, en todos sus componentes, ha evolucionado muy poco a pesar de las innovaciones tecnológicas del siglo XX.  Esto va a cambiar mucho ahora, con el eLearning. Con toda seguridad, esto cambiará enormemente. Pero sin los profesores detrás (o los cirujanos) no hay ni aprendizaje (ni cirugía), por mucha tecnología y modernas técnicas que apliquemos.

Enseñar es ayudar a descubrir. Repito, enseñar es ayudar a descubrir.

El conocimiento (que no la información) se adquiere, de verdad, con la experiencia. Haciendo, practicando (Learning by Doing), con la prueba y error. Enfrentándose a la realidad (o a una simulación de la realidad) y viviendo, emotivamente, la reacción individual que ésta nos provoca. A nosotros, a cada uno de nosotros. No a otros, no al vecino. Recuérdese que, aunque no reparemos en ello, nuestro proceso cognitivo va íntimamente ligado con nuestros sentimientos y que los profesores y las asignaturas deben despertar, en los alumnos, ansias de aprender. Deben transmitirles una cierta afición, algunas dosis de emoción (ver nuestra entrega nº 3, No existen malos alumnos, sólo malos profesores en enlace. No se trata sólo de memorizar temporalmente párrafos y párrafos que, igual que vienen, se van.

Los maestros son el pilar básico para ayudarnos a descubrir cosas.

Exactamente lo mismo aplica al eLearning. Y enseñar bien es muy, muy difícil. Las plataformas virtuales y el eLearning es, y será, una ayuda extraordinaria (igual que el bisturí láser para los modernos cirujanos): para empezar, ya dijimos que en eLearning se aprende, también, de otros alumnos (y mucho). Pero sin buenos académicos, docentes y tutores, el tema no funcionaría. Ni para formación reglada, ni para formación continua In Company. ¿Cómo podría hacerlo? No tendría el elemento fundamental.

Así que hoy, igual que hace 1000 años, Vivat Academia, Vivant Professores!

Tags: