Introducción de las redes sociales en los procesos formativos


Javier López Rodrigo

Silvia Martín Hernández

José Ortega Mohedano

 

Las redes sociales en la sociedad actual

La irrupción de las redes sociales en la sociedad ha provocado cambios relevantes en la vida cotidiana de las personas, y por supuesto, la educación no ha sido ajena a esta irrupción. Algunos datos sitúan en el 80% los internautas que utilizan alguna red social. Este hecho es apreciable en cada boletín SCOPEO. De hecho, en este boletín 36 en particular, cuenta con varias noticias y eventos relacionados con esta misma temática.

Una muestra de esto, es la actual incursión de las empresas en el mundo de las redes sociales. Al respecto, según Josh Bernoff, señala que las empresas que quieran prosperar en su futuro inmediato tendrán que dejar a sus trabajadores que se comuniquen directamente con sus clientes a través de las redes sociales. En este mismo sentido, Gartner, una consultora tecnológica que basa su éxito en la fiabilidad de sus estimaciones, predice que  para el 2015,  el 25% de las empresas usarán análisis de redes sociales para mejorar el rendimiento y la productividad. Otro hecho que demuestra la importancia de las redes sociales en la sociedad contemporánea, se refleja en el uso que hacen las empresas de las redes sociales para realizar la formación, incrementando la fluidez de la comunicación entre empleados y posibilitando nuevos y mejores intercambios de conocimiento. Tanto plataformas como contenidos de formación e-learning, ya incorporan diversas herramientas de la Web 2.0. El destinatario de la formación ya no es un sujeto pasivo en el proceso de diseño de la formación, sino que a partir de ahora actuará proporcionando contenidos y experiencias.

En el ámbito educativo, el proceso de enseñanza-aprendizaje ha evolucionado con el avance de las nuevas tecnologías, y el docente ya no es la principal fuente de información. Este hecho no se debe pasar por alto en el sistema educativo. El reto ahora es aprovechar las redes sociales como instrumentos en ese proceso de enseñanza-aprendizaje.

Para que estas herramientas sean aprovechadas en el proceso de enseñanza-aprendizaje, es clave comprender que las redes sociales son usadas por las personas de forma cotidiana fuera del ámbito formativo. Además, no debemos olvidar que el ámbito educativo cuenta con la misma estructura que la sociedad, con los profesores y los alumnos como actores clave, de modo que “el aula es en sí una pequeña sociedad formada por el profesor y sus alumnos. Siendo según De Haro (2008)a un lugar idóneo para la colaboración y el trabajo conjunto”

Por todo ello, las redes sociales aportan un plus a la educación, permitiendo poner en contacto a los agentes educativos: entre ellos y con personas ajenas a ese círculo, permiten un acercamiento entre docentes y alumnado, entre alumnos, entre docentes, e incluso con agentes externos (por ejemplo en ámbitos preuniversitarios, la familia), que se encuentran indirectamente ajenos al proceso formativo.  Además, las redes sociales aúnan el aprendizaje formal e informal. La clave es la comunicación, que puede ser vertical y horizontal. Su valor radica en la posibilidad de utilizar la redes sociales para todo, haciendo más atractivo el proceso de enseñanza-aprendizaje.

Las redes sociales ofrecen nuevas oportunidades de aprendizaje, con el alumno como centro del proceso. El trabajo colaborativo, la socialización de contenidos y la creación social de conocimiento, deben de ser las bases sobre las que se apoye el uso educativo de las redes sociales1.

Introducción de las redes sociales en el proceso formativo

La introducción de las redes sociales en el proceso formativo, no puede ser algo espontáneo, sino que debe establecerse con paciencia. Debe ser aprobado con la práctica constante y conviene que esté sujeto a una cadena de criterios para su elección y aplicación. Según Marqués (2007)b “…la Web 2.0 permite: buscar, crear, compartir e interactuar on-line”, de esta manera incorporar las redes sociales en procesos formativos, implica agregar nuevos estilos para comunicarse, nuevos roles, nuevas maneras de intervenir, nuevos escenarios, una gama amplia de actividades, en general, implica una serie de retos y desafíos en el proceso de enseñanza-aprendizaje.

Bajo el término “redes sociales” identificamos una familia de herramientas diseñadas con el fin de crear y gestionar comunidades virtuales. Gracias a estos espacios, los miembros de una red social establecen vínculos, contactos e intercambian información suscitada por una serie de intereses comunes a todos. En estas redes sociales, denominadas por el creador de Facebook, Mark Zuckerberg (2007)c, “mapa social”, las personas se comunican de manera natural y efectiva, recuperando y compartiendo, además, todo tipo de información afín y útil para el interés del grupo.

Es importante partir de una serie de criterios comunes (SCOPEO, 2009)d, antes de llevar al aula el uso de las redes sociales y así sugerir una aplicación formativa específica. Estos criterios son los siguientes:

•    Correspondencia con la finalidad educativa y/o competencia a desarrollar

•    Pertinencia con el nivel educativo y los aprendizajes previos de los estudiantes

•    Verificación de la calidad curricular de los materiales digitales de la asignatura

•    Pertinencia de las actividades con la competencia digital de los estudiantes

•    Verificación del acceso y disponibilidad de las herramientas Web 2.0

•    Precisión de la función pedagógica de las herramientas Web 2.0

•    Pertinencia sociocultural con el entorno y los participantes

La pedagogía actual, basada en el alumno, en el trabajo colaborativo y entre pares, fomenta el uso de un entorno virtual y la integración de las redes sociales. Sin embargo, es fundamental, dejar claro que los docentes deben ser los principales motores de estas herramientas como apoyo educativo. En este sentido, podría ser conveniente que los docentes adquirieran una serie de competencias  en relación con las redes sociales:

•    Capacidad de ayudar a los alumnos a usar las redes sociales educativas para resolver dudas y comunicarse con expertos de la materia u otros alumnos de otros centros de forma telemática.

•    Conocer a grandes rasgos qué es la web 2.0, sus categorías y las herramientas que pueden usar en su día a día con los alumnos. También se hace imprescindible conocer experiencias de éxito realizadas en otros centros educativos, e intentar adaptarlas a nuestro entorno.

•    Ser capaces de usar las redes sociales para comunicarnos con los alumnos y las familias. Esa comunicación, a día de hoy, se hace imprescindible que sea lo más rápida y fiable posible, por lo que las redes sociales y los sistemas de comunicación online (Skype o similares) facilitan esa comunicación

•    Saber navegar, evaluar y crear contenido docente en diferentes redes educativas (o cuyo uso pueda convertirse en educativo).

•    Ser capaces de crear redes privadas con nuestros alumnos (Twiducate, Edmodo, Grou.ps, etc.) para poder establecer un entorno de aprendizaje compartido con ellos, para facilitarles el mismo

•    Conocer y colaborar en las redes sociales educativas de que dispone la Administración Educativa (su cuenta en Facebook, Twitter u otras).

•    Tener clara la netetiqueta en el uso de redes sociales y las implicaciones éticas y legales que implica su uso. Tener muy claras las especificaciones de privacidad y edades de registro de las mismas.

•    Establecer una identidad digital (mejor institucional y suministrada por el propio centro educativo) para el trabajo con los alumnos. Entender la importancia de su correcto uso y el impacto que puede llegar a tener esa identidad compartida en las redes sociales.

•    Entender y comprender las licencias, derechos de autor, seguridad de navegación y privacidad en la navegación por la red, y en el uso de las redes sociales.

•    Participar y conocer las políticas educativas del centro en la relación al uso de estos medios de aprendizaje y, el impacto que tienen los mismos en el aula.

•    Y finalmente, aunque no la menos importante: mantenerse actualizado continuamente y, comprender las novedades que modifican o mejoran algunas características de las redes sociales utilizadas.

Pero, ante todo, el docente  debe actuar como vigilante de la red. Debería articularse una normativa básica de funcionamiento. En efecto, cuando introducimos al alumnado en las redes sociales, conviene informarle de qué puede y qué no puede hacer. Además, debe actuar como mediador ante los posibles conflictos que surjan y ayudar a los alumnos en la medida de lo posible. Y sobre todo, el docente debe actuar como dinamizador de la red, ya que una red sin movimiento no promueve el proceso de enseñanza-aprendizaje.

Tipología de redes sociales

Por otro lado, varios autores, destacan la importancia de saber elegir la red social más adecuada para cada ámbito formativo. No todas las redes sociales tienen la misma finalidad, y por lo tanto los usuarios de las mismas pueden variar o asumir un perfil distinto en cada una de ellas.

Hay que diferenciar entre las redes sociales a las que pertenecen los estudiantes (Facebook, Twitter o Tuenti), de las redes exclusivas docentes para el proceso de enseñanza-aprendizaje. Las primeras se usan en la relaciones sociales personales, mientras que las redes docentes son más cerradas y privadas. En este sentido, nos encontramos con opiniones muy confrontadas: unas parten de que hay que utilizar las redes sociales generalizadas (Facebook, Tuenti, etc.) y no crear otras paralelas, académicas, donde algunas experiencias muestran que es difícil que los alumnos entren. Otras dicen que es difícil que una red que surge con el propósito del ocio se pueda utilizar con otros propósitos.

Por otro lado, De Haro, (2008) distingue cuatro formas de organización escolar en redes sociales: equipos formados por pocos estudiantes para realizar un trabajo de una asignatura, equipos de clase para una asignatura, equipos de estudiantes transversales o grupos de tutoría.

Sobre el uso docente de redes se pueden distinguir, por un lado, las redes creadas y promovidas por instituciones –públicas o privadas- de interés educativo como los gobiernos, fundaciones, empresas, etc., pero también existen las gestionadas “desde dentro” por los mismos docentes. El autor recoge en este cuadro, una serie de redes educativas con sus pros y contras para llevarlas al proceso formativo.

Conclusión

Por lo tanto, podemos concluir que la sociedad de la información se encuentra ante una nueva red, basada en un nuevo paradigma, que se caracteriza por primar la web de personas frente a la web de los datos. Las redes sociales son el mejor ejemplo de esto.

En este sentido, las redes sociales abren un gran abanico de posibilidades pedagógicas al proceso de enseñanza-aprendizaje. Fomentan el diálogo interpares, la socialización de contenidos, el aprendizaje colaborativo, el aprendizaje informal, nuevas habilidades comunicativas, la actualización profesional, la interacción entre actores, el contacto con otras empresas o instituciones afines, etc. Pero siempre hay que tener en cuenta, que estamos hablando de una herramienta tecnológica más, es decir, que lo importante es el uso pedagógico que de ellas se haga. Para que este uso pedagógico sea el apropiado, es fundamental la formación del profesorado y la implicación de todos los actores del proceso formativo.

El reto para los docentes es la incorporación de la red social más adecuada en beneficio del proceso de la enseñanza y el aprendizaje.

 

Equipo SCOPEO

 

 

1. Noticia del boletín 36. Una de las grandes fortalezas de Twitter en el ámbito pedagógico se centra en la posibilidad de establecer grupos de trabajo, a través de los cuales los estudiantes puedan optimizar a través del apoyo mutuo la adquisición de conocimientos.

 

Bibliografía:

 
a. De HARO, J. J (2008) “Aplicación de Ning a la educación”, Educativa. Blog sobre calidad e innovación en Educación Secundaria. Consultado (14/02/2011) en: http://jjdeharo.Blogspot.com/2008/11/aplicacin-de-ning-la-educacin.html

b. MARQUES, P. (2007). “La Web 2.0 y sus aplicaciones didácticas”. Consultado(14/02/2011) en http://dewey.uab.es/pmarques/Web20.htm

d. SCOPEO (2009). Formación Web 2.0, Monográfico SCOPEO, nº 1. Consultado (14/02/2011) en: http://scopeo.usal.es/images/documentoscopeo/scopeom001.pdf

c. ZUCKERBERG, M. (2007) “The Future of FaceBook”, Time. Consultado (14/02/2011) en http://www.time.com/time/business/article/0,8599,1644040,00.html   

Citar como:

López Rodrigo, J., Martín Hernández, S., Ortega, J. (2011): “Introducción de las redes sociales en los procesos formativos”. Boletín No. 36. En línea: [Consulta: dd/mm/aaaa]

 

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