Es la información estúpido…

 

Felicidad Campal

camgarmr@jcyl.es

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Ayudante de Biblioteca en la Biblioteca Pública de Salamanca.
 Coordinadora del Grupo de Trabajo de Alfabetización Informacional del Consejo de Cooperación Bibliotecaria
del Ministerio de Educación, Cultura y Deporte.

 

Resumen

Letras, palabras, números, dibujos, imágenes, sonidos, vídeos, música… INFORMACIÓN!! Formación, educación, trabajo, salidas profesionales, ocio, inclusión social, participación ciudadana, para todo esto, sencillamente para vivir necesitamos, consumimos y producimos constantemente información. Vivimos en una sociedad en la que la información está en todas partes y que es cada vez más digital e instrumentalizada, por lo que se requiere personas alfabetizadas que dominen la tecnología y todos los códigos: el textual, el audiovisual y el digital. Pero es igualmente necesario (sino más) que los ciudadanos posean las competencias para seleccionar la información que esos códigos aportan, analizarla y transformarla en conocimiento. Parece claro que lo que importa es la información y no el soporte, por lo que la competencia digital debe ir dirigida a suprimir barreras y no a mitificar la tecnologías, se trata de saber manejar y entender el mensaje, es decir, la información y centrarse en el medio. La competencia o alfabetización informacional debe ser una competencia clave para la sociedad del S.XXI. De aquí el título del artículo, que lejos de insultar lo que pretende es poner de manifiesto la importancia de la información. Se trata de una adaptación de la frase “La economía, estúpido” (the economy, stupid), muy utilizada en la política estadounidense durante la campaña electoral de Bill Clinton en 1992 contra George H. W. Bush (padre), que lo llevó a convertirse en presidente de los Estados Unidos. Luego la frase se popularizó como «es la economía, estúpido[i]» y la estructura de la misma ha sido utilizada para destacar los más diversos aspectos que se consideran esenciales.

 

 

1. ¿De qué hablamos cuando hablamos de alfabetizaciones y competencias?

La RAE define “alfabetización” como la “acción y efecto de alfabetizar”. Y alfabetizar como “enseñar a leer y a escribir”. Pero en la era digital en la que vivimos, ya no es suficiente con saber leer y escribir, el concepto de alfabetización ha cambiado y resulta imprescindible saber usar las tecnologías de la información y la comunicación (TIC). Ahora se entiende como alfabetización la capacidad de usar distintos medios, tecnologías y lenguajes. La Sociedad del Conocimiento requiere del manejo de lenguajes audiovisuales, hipertextuales, del dominio y aplicación de la ciencia, del manejo de herramientas tecnológicas y del manejo de información, entre otras. Ese saber, esa “pericia, aptitud, idoneidad para hacer algo o intervenir en un asunto determinado”, es según, el Diccionario de la RAE, una competencia. Por eso, como señalan Area y Guarro[ii] (2012) muchos autores hablan de redefinir el concepto tradicional de alfabetización sugiriendo que el objeto de la misma debiera ser formar a los niños, jóvenes y adultos para que puedan realizar un uso culto, crítico e inteligente de la información que se vehicula a través de las múltiples herramientas y redes de naturaleza digital. En este contexto en 1996, el grupo llamado “New London Group[iii]” acuñó el término “multiliteracies” (multialfabetizaciones o alfabetizaciones múltiples: alfabetización informacional, electrónica, digital) para definir la capacidad para leer y escribir orientada a producir, comprender, interpretar y evaluar críticamente textos multimodales” y les da acceso al lenguaje en constante cambio ya sea en el ámbito de trabajo, poder o de la comunidad y los ayuda a desarrollar la actitud crítica necesaria para diseñar su futuro social y tener éxito en sus empleos.

La “Guía para la formación en centros sobre las competencias básicas[iv]” (2013) recoge la definición que el Proyecto DeSeCo (Definición y Selección de Competencias Clave), promovido por la OCDE (2003), da de competencia como “la capacidad de responder a demandas complejas y llevar a cabo tareas diversas de forma adecuada”. La competencia, por tanto, “supone una combinación de habilidades prácticas, conocimientos, motivación, valores éticos, actitudes, emociones, y otros componentes sociales y de comportamiento que se movilizan conjuntamente para lograr una acción eficaz”. Las competencias se conceptualizan como un “saber hacer”, un saber que se concreta en actuaciones y que es capaz de adecuarse a una diversidad de contextos.

 

2. Y concretamente… ¿de qué competencias hablamos?

a) Competencia digital

El Real Decreto 1631/2006[v], de 29 de diciembre, por el que se establecían las enseñanzas mínimas correspondientes a la Educación Secundaria Obligatoria, delimitaba el alcance de cada ocho competencias básicas de la LOE[vi]. Describe la “Competencia digital y en el tratamiento de la información”, como aquella que “consiste en disponer de habilidades para buscar, obtener, procesar y comunicar la información y para transformarla en conocimiento. Incorpora diferentes habilidades, que van desde el acceso a la información hasta su transmisión en distintos soportes una vez tratada, incluyendo la utilización de las tecnologías de la información y la comunicación como elemento esencial para informarse, aprender y comunicarse […] En síntesis, el tratamiento de la información y la competencia digital implican ser una persona autónoma, eficaz, responsable, crítica y reflexiva al seleccionar, tratar y utilizar la información y sus fuentes, así como las distintas herramientas tecnológicas; también tener una actitud crítica y reflexiva en la valoración de la información disponible, contrastándola cuando es necesario, y respetar las normas de conducta acordadas socialmente para regular el uso de la información y sus fuentes en los distintos soportes.

La Orden ECD/65/2015[vii], realiza una descripción exhaustiva de cada una de las actuales 7 competencias clave y cómo se relacionan estas con los elementos curriculares. Según esta Orden, la competencia digital (de la que recordemos, la LOMCE[viii] ha eliminado la parte de “tratamiento de la información”, que si aparecía en la LOE), es aquella que implica el uso creativo, crítico y seguro de las tecnologías de la información y la comunicación para alcanzar los objetivos relacionados con el trabajo, la empleabilidad, el aprendizaje, el uso del tiempo libre, la inclusión y participación en la sociedad. Esta competencia supone, además de la adecuación a los cambios que introducen las nuevas tecnologías en la alfabetización, la lectura y la escritura, un conjunto nuevo de conocimientos, habilidades y actitudes necesarias hoy en día para ser competente en un entorno digital. Requiere de conocimientos relacionados con el lenguaje específico básico: textual, numérico, icónico, visual, gráfico y sonoro, así como sus pautas de decodificación y transferencia. Esto conlleva el conocimiento de las principales aplicaciones informáticas. Supone también el acceso a las fuentes y el procesamiento de la información; y el conocimiento de los derechos y las libertades que asisten a las personas en el mundo digital. Igualmente precisa del desarrollo de diversas destrezas relacionadas con el acceso a la información, el procesamiento y uso para la comunicación, la creación de contenidos, la seguridad y la resolución de problemas, tanto en contextos formales como no formales e informales. La persona ha de ser capaz de hacer un uso habitual de los recursos tecnológicos disponibles con el fin de resolver los problemas reales de un modo eficiente, así como evaluar y seleccionar nuevas fuentes de información e innovaciones tecnológicas, a medida que van apareciendo, en función de su utilidad para acometer tareas u objetivos específicos.

Con motivo de las jornadas Competencias clave y ordenación académica[ix] (2015), el Centro Nacional de Innovación e Investigación Educativa ha realizado una serie de infografías[x] para explicar cada una de ellas. En esta imagen vemos la que le dedican a la competencia digital, en la que como puede observarse, el manejo y tratamiento de la información, es tan solo una parte donde lo que sigue importando es la tecnología, el accesorio, lo accesorio, lo cambiante…

 

El Proyecto DIGCOMP: Marco Europeo de competencias digitales[xi] (2013),  adaptado al ámbito español en el proyecto “Marco Común de Competencia Digital Docente[xii]” (2013), estructura en cinco las dimensiones o áreas que determinan la competencia digital:

  1. Información: identificar, localizar, recuperar, almacenar, organizar y analizar la información digital, evaluando su finalidad y relevancia
  2. Comunicación: comunicar en entornos digitales, compartir recursos a través de herramientas en línea, conectar y colaborar con otros a través de herramientas digitales, interactuar y participar en comunidades y redes; conciencia intercultural.
  3. Creación de contenido: Crear y editar contenidos nuevos (textos, imágenes, videos…),integrar y reelaborar conocimientos y contenidos previos, realizar producciones artísticas, contenidos multimedia y programación informática, saber aplicar los derechos de propiedad intelectual y las licencias de uso.
  4. Seguridad: protección personal, protección de datos, protección de la identidad digital, uso de seguridad, uso seguro y sostenible.
  5. Resolución de problemas: identificar necesidades y recursos digitales, tomar decisiones a la hora de elegir la herramienta digital apropiada, acorde a la finalidad o necesidad, resolver problemas conceptuales a través de medios digitales, resolver problemas técnicos, uso creativo de la tecnología, actualizar la competencia propia y la de otros.

Como puede observarse, las áreas 1, 2 y 3 tienen como base la información, mientras que las áreas 4 y 5 son más tecnológicas y sin duda están al servicio de las tres primeras, son el medio para alcanzar el fin, que es acceder, crear y comunicar nueva INFORMACIÓN.

 

b) Alfabetización informacional (ALFIN)

Citando la Declaración de Toledo[xiii] (2006) (de donde salió el acrónimo ALFIN para el ámbito español como una traducción de “Information literacy”), estamos inmersos en una sociedad del conocimiento, en la que debemos aprender durante toda la vida y desarrollar habilidades para usar la información de acuerdo a objetivos personales, familiares y comunitarios, siempre en entornos de inclusión social, preservación y respeto intercultural. Esta competencia, la de manejar información también se ha denominado alfabetización en información. De acuerdo la Orientación Normativa y Estratégica de la Alfabetización Mediática e Informacional[xiv] (2013), estar alfabetizado en información es tener las capacidades, habilidades prácticas, conocimientos y actitudes que permiten a uno hacer uso ético de la información:

  • Reconociendo la necesidad de información y articular esa necesidad
  • Localizando y accediendo a la información relevante
  • Evaluando críticamente el contenido en términos de autoridad, credibilidad y actual propósito
  • Extrayendo y organizando la información
  • Sintetizando las principales ideas
  • Comunicando ética y responsablemente el contenido a una audiencia en una forma y medio apropiado
  • Ser capaz de utilizar las TIC con el fin de procesar la información.

Los estándares se refieren a la alfabetización en el manejo de información. Sin embargo, tal y como queda claro en la imagen de Cuozzo[xv] (2007), se percibe que esta alfabetización se interrelaciona con las otras. Para estar alfabetizado informacionalmente es necesario saber leer y escribir; saber usar medios impresos, digitales, audiovisuales, textuales, hipertextuales; y saber manejar ordenadores, redes, dispositivos móviles, bases de datos y el resto de tecnología que nos permita trabajar y reelaborar la información. Y estar alfabetizado informacionalmente permite poner en práctica y mejorar la lectura y escritura, poner en práctica y mejorar el uso de diversos medios y herramientas. Está claro que el concepto de alfabetización es complejo, alfabetización es un todo en el que las competencias para manejar información son causa y a la vez consecuencia, son el todo y a la vez son parte, en la que se hace fundamental la capacidad para aprender a aprender[xvi].

 

c) Alfabetización mediática e informacional (AMI)

Para la UNESCO en su documento “Alfabetización Mediática e Informacional: Curriculum para profesores[xvii]” 2011, la Alfabetización Mediática e Informacional (AMI, MIL por sus siglas en inglés: Media and Information Literacy) es uno de los requisitos más importantes para fomentar el acceso equitativo a la información y al conocimiento y para promover  medios de comunicación y sistemas de información libres, independientes y pluralistas. La alfabetización informacional, por un lado, enfatiza la importancia del acceso a la información, la evaluación y el uso ético de dicha información. Por otro, la alfabetización mediática enfatiza la habilidad para entender las funciones de los medios, evaluar cómo se desempeñan aquellas funciones y comprometerse racionalmente con los medios para la auto-expresión. La AMI provee a los ciudadanos de las competencias necesarias para sobrevivir en el siglo XXI. Aunque la alfabetización mediática y la alfabetización informacional se consideran tradicionalmente como campos separados y distintos, la estrategia de la UNESCO es reunir estos dos ámbitos como un conjunto combinado de las competencias (conocimientos, habilidades y actitudes) necesarias para la vida y el trabajo de hoy. La  AMI abarca todos los tipos de medios de comunicación y otros proveedores de información como bibliotecas, archivos, museos e Internet, independientemente de las tecnologías utilizadas.

 

Para la UNESCO, AMI está conformada por tres alfabetizaciones esenciales: Alfabetización en medios (Media Literacy: ML) se refiere a la comprensión y el uso de los medios de comunicación; Alfabetización Informacional (Information literacy: IL) se relaciona con una tarea más específica, se describe como la capacidad para reconocer, identificar y eficaz localizar la información necesaria y Alfabetización digital (Digital literacy: DL) se refiere a la capacidad de emplear las tecnologías digitales, herramientas de comunicación o en línea (y fuera de línea) servidores con el fin de recuperar, el acceso y generar información

También la IFLA en sus Recomendaciones Alfabetización Informacional y Mediática[xviii] (2013), el concepto AMI incluye todo tipo de fuentes de información: oral, impresa y digital y se extiende más allá de las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) abarcando el aprendizaje, el pensamiento crítico y las destrezas de comprensión que cubran y superen las fronteras profesionales y educativas.

 

3. Porque lo que importa es el contenido y no el continente: algunas conclusiones y preguntas

Desde el punto de vista Area[xix] (2012), con el que coincido, la competencia denominada «Tratamiento de la información y competencia digital» (en la actualidad insisto, solo Competencia digital) estaría configurada por el aprendizaje de tres ámbitos subcompetenciales: la adquisición y comprensión de información, la comunicación e interacción social y la expresión y difusión de información. Según el mismo Area señala (2012), la formulación de esta competencia, tal como realizó el currículo derivado de la LOE, supone fusionar el concepto de alfabetización informacional y de alfabetización digital en un único planteamiento integrado. Hacerlo de este modo parece correcto y adecuado, ya que ambas alfabetizaciones no deben plantearse como aprendizajes diferentes y ajenos uno del otro.

Una propuesta de trabajo conjunta es la que también plantea CI2[xx], acrónimo de Competencias Informáticas e Informacionales, que surge en la Comisión mixta intersectorial CRUE-TIC (Comisión Sectorial de las Tecnologías de la Información y las Comunicaciones)  y REBIUN (Red de Bibliotecas Universitarias), que tiene como objetivo la incorporación de estas competencias transversales en las universidades españolas y la evolución necesaria para adaptar las competencias informacionales al ámbito digital.

Esa colaboración, también subyace entre los participantes del primer Foro Europeo de Alfabetización Mediática e Informacional AMI y por ello aprobaron la “Declaración de París sobre la AMI en la era digital[xxi]” (2014). Esta declaración urge a los responsables políticos a reflexionar más profundamente sobre la AMI en la era digital, y a reconocer que las competencias AMI son complementarias a las competencias tecnológicas. Por lo tanto, no se puede reemplazar una por la otra. Las competencias tecnológicas deberían ser adquiridas en el marco de la AMI. Si bien es importante que la tecnología esté al alcance de los ciudadanos, centrarse en lo que los ciudadanos eligen hacer con ella lo es aún más. Comprender cómo utilizan la información, los medios de comunicación y la tecnología para participar de la cultura y compartirla, cultivarse y tener un comportamiento ético.

Considerando las diferentes pero integradoras perspectivas, debe abordarse un trabajo equilibrado desde las distintas dimensiones de la educación mediática: lenguaje, audiencias, producción, tecnología, estética y valores. En suma, la alfabetización informacional requiere  canalizar el pensamiento crítico a través del análisis y la producción, posibilitando diferentes formas de información en variedad de sistemas simbólicos e integrando múltiples tareas digitales para propósitos comunicativos específicos.

La propuesta de la alfabetización informacional va mucho más lejos del simple aprendizaje y/o acceso a las herramientas tecnológicas y se adentra en la búsqueda,  el análisis y la crítica de la información, no importando donde se encuentre esta información ni en que formato se presente. El desarrollo de las habilidades personales básicas para manejar tecnologías de la información de la comunicación sin más, sería instrumentalizar demasiado el concepto. Hay que profundizar más entendiendo que las tecnologías de la información y la comunicación han penetrado en todas las áreas de la sociedad contemporánea, lo que requiere la adquisición de las habilidades técnicas básicas para el uso y producción de medios digitales, sin olvidar en absoluto el proceso de información, la participación en redes sociales para la creación y compartimiento de conocimiento, etc. Estar alfabetizado no es solo conocer y emplear los códigos digitales, sino utilizarlos en un ámbito educativo y social de manera que se contribuya al desarrollo personal y colectivo.

Y para finalizar, le tomo prestadas unas preguntas a Umberto Eco[xxii](2015): “¿Cómo pueden defenderse las nuevas generaciones ante la falsificación informativa en las redes? Se trata, sin duda, de un problema que atañe a los padres y a los centros educativos. “El gran problema de la escuela de hoy –explica Eco– es cómo enseñar a filtrar la información de internet. Es algo que ningún profesor hace, porque son neófitos con respecto a este instrumento. Este problema es un drama de nuestro tiempo. Tengo una propuesta en este sentido, y es que los periódicos dediquen dos páginas al análisis y crítica de los sitios web. Si el enemigo de la prensa son las redes, en lugar de hacer el periódico copiando o imitando lo que se hace en internet, los periodistas deberían plantear una crítica de internet, señalando lo que es falso o no. Mi otra propuesta es que el maestro, con valor, diga a sus alumnos: ‘Este es el tema que tenéis que desarrollar. Sentíos libres de copiar de internet –la copia puede ser una virtud–, pero usad al menos diez sitios’. De esa forma, los estudiantes se verán obligados a comparar esas diez webs, encontrando contradicciones y planteándose el problema con sentido crítico… ¿Por qué un profesor no puede ejercer ese papel?”. Y… de eso se trata, de utilizar todas las tecnologías y artefactos digitales a nuestro alcance para poder llegar a la información y trabajar con ella, seleccionarla, evaluarla, aplicarla, comunicarla, mostrarla…

 


[ii] Area, M. y Guarro, A. (2012). La alfabetización informacional y digital: fundamentos pedagógicos para la enseñanza y el aprendizaje competente. Rev. Esp. Doc. Cient., N.º Monográfico, 46-74, 2012. ISSN: 0210-0614. doi: 10.3989/redc.2012.mono.977 versión electrónica]. Consultada 12 de junio, 2015 redc.revistas.csic.es/index.php/redc/article/download/744/825

[iii] New London Group (1996). A Pedagogy of Multiliteracies: Designing Social Futures. http://wwwstatic.kern.org/filer/blogWrite44ManilaWebsite/paul/articles/A_Pedagogy_of_Multiliteracies_Designing_Social_Futures.htm Consultada 10 de junio, 2015

[iv] Guia para la formación en centros sobre las competencias básicas (2013). [versión electrónica]. Madrid: Centro Nacional de Innovación e Investigación Educativa (CNIIE)., en: http://anele.org/jornada- anele2014/Guia%20Ensenanza%20y%20Aprendizaje%20de%20las%20CCBB.pdf   Consultada 24 de mayo, 2015

[v] Real Decreto 1631/2006, de 29 de diciembre, por el que se establecían las enseñanzas mínimas correspondientes a la Educación Secundaria Obligatoria. Madrid: BOE http://www.boe.es/boe/dias/2007/01/05/pdfs/A00677-00773.pdf Consultada 2 de junio, 2015

[vi] Ley Orgánica 2/2006, de 3 de mayo, de Educación. Madrid: BOE. http://www.boe.es/boe/dias/2006/05/04/pdfs/A17158-17207.pdf Consultada 12 de junio, 2015

[vii] Orden ECD/65/2015, de 21 de enero, por la que se describen las relaciones entre las competencias, los contenidos y los criterios de evaluación de la educación primaria, la educación secundaria obligatoria y el bachillerato. Madrid: BOE. http://www.boe.es/boe/dias/2015/01/29/pdfs/BOE-A-2015-738.pdf Consultada 28 de mayo, 2015

[viii] Ley Orgánica 8/2013, de 9 de diciembre, para la mejora de la calidad educativa. Madrid: BOE. http://www.boe.es/boe/dias/2013/12/10/pdfs/BOE-A-2013-12886.pdf  Consultada 29 de mayo, 2015

[ix] Centro Nacional de Innovación e Investigación Educativa. Competencias clave y ordenación académica  (2015) http://educalab.es/-/jornadas-sobre-cultura-competencial-y-ordenacion-academica Consultada 12 de junio, 2015

[xi] Ferrari, A. (2013). DIGCOMP: A Framework for Developing and Understanding Digital Competence in Europe. Sevilla: JRC‐IPTS. Disponible en: http://ipts.jrc.ec.europa.eu/publications/pub.cfm?id=6359  Consultada 12 de junio, 2015

[xii] Marco Común de Competencia Digital Docente del Plan de Cultura Digital en la Escuela. Madrid: Instituto Nacional de Tecnologías Educativas, 2013 http://educalab.es/documents/10180/12809/MarcoComunCompeDigiDoceV2.pdf Consultada 27 de mayo, 2015

[xiii] Declaración de Toledo sobre la alfabetización informacional (ALFIN) (2006). Bibliotecas por el aprendizaje permanente http://www.webcitation.org/5NrAiGhSS Consultada 20 de mayo, 2014

[xiv] Orientación Normativa y Estratégica de la Alfabetización Mediática e Informacional (MIL). (2013). [versión electrónica]. Paris: UNESCO. http://unesdoc.unesco.org/images/0022/002256/225606e.pdf Consultada 29 de mayo, 2015

[xv] Cuozzo, Gabriela del Valle, Ladrón de Guevara, María Carmen, Verde, Marcela Beatriz. La biblioteca escolar : usuarios y servicios. Alfagrama. Buenos Aires, 2007

[xvii] Alfabetización Mediática e Informacional: Curriculum para profesores (2011). [versión electrónica]. Paris: UNESCO. http://unesdoc.unesco.org/images/0021/002160/216099S.pdf Consultada 2 de junio, 2015

[xviii] Recomendaciones IFLA sobre Alfabetización Informacional y Mediática (2013). [versión electrónica]. Paris: UNESCO. http://unesdoc.unesco.org/images/0022/002242/224273s.pdf Consultada 8 de junio, 2015

[xix] Area Moreira. M. (2012). La alfabetización en la sociedad. En: Area Moreira. M., Gutiérrez Martín A. y Vidal Fernández. Alfabetización digital y competencias informacionales. Madrid: Fundación Telefónica, Ariel. [versión electrónica]. https://ddv.ull.es/users/manarea/public/libro_%20Alfabetizacion_digital.pdf Consultada 12 de mayo, 2015

[xx] http://www.ci2.es/ Consultada 29 de mayo, 2015

[xxi] Declaración de París sobre la AMI en la era digital (2014). http://www.unesco.org/new/fileadmin/MULTIMEDIA/HQ/CI/CI/pdf/news/paris_mil_declaration.pdf Consultada 21 de mayo, 2015

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